ADELANTOS TECNOLÓGICOS ASOCIADOS A LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Invento Tipo de energía. Inventor y año Aplicación. Imagen 1 Imagen 2 Nombre y número de lista
sábado, 16 de octubre de 2010
viernes, 21 de mayo de 2010
LA GUERRA CIVIL DE 1891: UN ENFRENTAMIENTO ENTRE EL CONGRESO Y EL PRESIDENTE.
Durante el gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda, en 1890, y en medio de fuertes tensiones políticas que enfrentaron al ejecutivo con el parlamento, el Congreso Nacional se negó a aprobar las leyes periódicas que fijaban las fuerzas de mar y tierra así como la Ley de Presupuesto de gastos públicos.
El Presidente reaccionó declarando, en una Proclama pública del 7 de enero de 1891 que, dada la situación de ingobernabilidad producida, se renovaban las mismas leyes sobre esa materia dictadas el año anterior. Los partidos de la oposición respondieron con el Manifiesto de los Representantes del Congreso a bordo de la Escuadra, desconociendo las facultades del poder ejecutivo. Balmaceda, el 11 de febrero de 1891, ordena la inmediata clausura del Congreso Nacional. Comenzaba así una guerra civil, que duraría seis meses y costaría la vida a más de 4.000 chilenos, en una población de algo más de dos millones y medio de habitantes.
Los congresistas contaron con el completo apoyo de la Marina, a cargo del Capitán de Navío Jorge Montt, también se le sumaron algunos oficiales del Ejército como Estanislao del Canto. Por su parte, el Ejército regular, con sus cuatro divisiones de Coquimbo, Valparaíso, Santiago y Concepción, se mantuvo leal al Presidente Balmaceda. La contienda se dio por mar y tierra. Durante los primeros meses el escenario de la guerra fue el Norte de Chile donde los congresistas contaban con amplio apoyo. Allí se libraron las batallas de Zapiga, Dolores, Huara, Iquique, Pozo Almonte, Caldera y Calderilla. En agosto, hacia el final de la contienda, las batallas se trasladaron a la zona central. La ciudad de Santiago tampoco se libró de vivir terribles y violentos acontecimientos. El predio de Carlos Walker Martínez -actualmente la comuna de La Florida- fue escenario de la sangrienta muerte de 84 jóvenes antibalmacedistas, conocida como la Masacre de Lo Cañas.
La guerra en Chile concitó gran atención en el resto del mundo, convirtiéndose en un foco de atención para la prensa internacional. Los Estados Unidos apoyaban abiertamente a Balmaceda, mientras Gran Bretaña, no ocultaba sus preferencias por el partido de los revolucionarios.
Luego de las batallas de Concón y Placilla, fue evidente el triunfo de las fuerzas congresistas. El Presidente Balmaceda reconoció su derrota y dimitió de su cargo el 29 de agosto de 1891, entregando el mando del país al general Manuel Baquedano. Ese mismo día se dio comienzo a un violento saqueo a las residencias de destacados balmacedistas, en la ciudad de Santiago y otras ciudades.
El conflicto de 1891 fue un acontecimiento que involucró a todo el tejido social, generando consecuencias de orden político, económico, social y cultural. Diversos autores han entregado sus interpretaciones acerca de esta guerra. Algunos han visto en la personalidad autoritaria de Balmaceda, el origen de todo el conflicto; otros lo describen como una división interna de la clase gobernante; y otros, más allá de estas causas políticas o psicológicas, han buscado explicar este conflicto a partir de la pugna de intereses económicos entre una elite más tradicional, acostumbrada a detentar el poder total; y una nueva oligarquía emergente, más moderna, que junto con Balmaceda buscaba sentar las bases de un Estado moderno.
Durante el gobierno del Presidente José Manuel Balmaceda, en 1890, y en medio de fuertes tensiones políticas que enfrentaron al ejecutivo con el parlamento, el Congreso Nacional se negó a aprobar las leyes periódicas que fijaban las fuerzas de mar y tierra así como la Ley de Presupuesto de gastos públicos.
El Presidente reaccionó declarando, en una Proclama pública del 7 de enero de 1891 que, dada la situación de ingobernabilidad producida, se renovaban las mismas leyes sobre esa materia dictadas el año anterior. Los partidos de la oposición respondieron con el Manifiesto de los Representantes del Congreso a bordo de la Escuadra, desconociendo las facultades del poder ejecutivo. Balmaceda, el 11 de febrero de 1891, ordena la inmediata clausura del Congreso Nacional. Comenzaba así una guerra civil, que duraría seis meses y costaría la vida a más de 4.000 chilenos, en una población de algo más de dos millones y medio de habitantes.
Los congresistas contaron con el completo apoyo de la Marina, a cargo del Capitán de Navío Jorge Montt, también se le sumaron algunos oficiales del Ejército como Estanislao del Canto. Por su parte, el Ejército regular, con sus cuatro divisiones de Coquimbo, Valparaíso, Santiago y Concepción, se mantuvo leal al Presidente Balmaceda. La contienda se dio por mar y tierra. Durante los primeros meses el escenario de la guerra fue el Norte de Chile donde los congresistas contaban con amplio apoyo. Allí se libraron las batallas de Zapiga, Dolores, Huara, Iquique, Pozo Almonte, Caldera y Calderilla. En agosto, hacia el final de la contienda, las batallas se trasladaron a la zona central. La ciudad de Santiago tampoco se libró de vivir terribles y violentos acontecimientos. El predio de Carlos Walker Martínez -actualmente la comuna de La Florida- fue escenario de la sangrienta muerte de 84 jóvenes antibalmacedistas, conocida como la Masacre de Lo Cañas.
La guerra en Chile concitó gran atención en el resto del mundo, convirtiéndose en un foco de atención para la prensa internacional. Los Estados Unidos apoyaban abiertamente a Balmaceda, mientras Gran Bretaña, no ocultaba sus preferencias por el partido de los revolucionarios.
Luego de las batallas de Concón y Placilla, fue evidente el triunfo de las fuerzas congresistas. El Presidente Balmaceda reconoció su derrota y dimitió de su cargo el 29 de agosto de 1891, entregando el mando del país al general Manuel Baquedano. Ese mismo día se dio comienzo a un violento saqueo a las residencias de destacados balmacedistas, en la ciudad de Santiago y otras ciudades.
El conflicto de 1891 fue un acontecimiento que involucró a todo el tejido social, generando consecuencias de orden político, económico, social y cultural. Diversos autores han entregado sus interpretaciones acerca de esta guerra. Algunos han visto en la personalidad autoritaria de Balmaceda, el origen de todo el conflicto; otros lo describen como una división interna de la clase gobernante; y otros, más allá de estas causas políticas o psicológicas, han buscado explicar este conflicto a partir de la pugna de intereses económicos entre una elite más tradicional, acostumbrada a detentar el poder total; y una nueva oligarquía emergente, más moderna, que junto con Balmaceda buscaba sentar las bases de un Estado moderno.
domingo, 9 de mayo de 2010
sábado, 24 de abril de 2010
sábado, 3 de abril de 2010
EL INDIO EN EL PENSAMIENTO ESPAÑOL DEL SIGLO XVI.
En todas las cuestiones planteadas por teólogos y juristas sobre el tema americano durante el siglo XVI subyace el problema de la naturaleza del indio.Si los indios no son racionales, no es menester plantearse problemas morales sobre el derecho de España a imperar sobre ellos,o incluso legitimidad de hacerles la guerra.Se consideraron racionales,y ello dio lugar a los polémicas que ya conocemos sobre la legitimidad de la conquista española.
Verdad es sin embargo que conquistadores y colonos los explotaron laboralmente,considerándolos incluso viciosos,mientras los misioneros los defendieron como seres racionales,objeto de evangelización.
Nadie pensó pues en serio que los indios fuesen animales,brutos o irracionales,siendo frecuente el trato sexual de conquistadores y colonos con las indias,e incluso los misioneros no los habrían considerado dignos de convertirlos al cristianismo,si los hubiesen considerado animales.
La cuestión que se planteó fue pues el grado de libertad que había que concederles,escaso para los colonos que los trataron como esclavos,total para los misioneros.
La conducta pues de los españoles con los indios americanos fue contradictoria:la de los misioneros que los consideraron libres,o la de los colonos que los tuvieron por esclavos,pasando por grados intermedios,según la índole y conducta del indio.
Defensores como Juan Ginés de Sepúlveda y fray Bartolomé de las Casas,el primero aristotélico,por lo que aprecia jerarquía en la vida humana,debiendo ejercer los más favorecidos tutela y dominio sobre los menos aptos;Las Casas penetrado por la sensibilidad cristiana,defendiendo que todos los hombres son iguales y libres por naturaleza,con los mismos derechos y responsabilidades.
El ya muy citado fray Juan Ginés de Sepúlveda admite que lo imperfecto debe someterse a lo perfecto,los gobernantes son de naturaleza superior a los súbditos,y convierte la ley natural en patrimonio de una minoría,afirmando que los que exceden a los demás en prudencia e ingenio son señores,y los tardíos y perezosos siervos.Es lícito someter a los siervos por la fuerza,y como en América los españoles son superiores a los indios,deben tener soberanía sobre ellos;aunque no admite la esclavitud natural de los indios,y sí la tutela;excepto los que resistan a los españoles con violencia,que sí pueden esclavizarse.
Ya hemos hablado tantas veces de Las Casas,que sólo hay que recordar ahora que no admitió la esclavitad,pues los indios eran libres,y la guerra contra ellos era injusta.No se les debía pues privar de sus principados,reinos,estados,dignidades,jurisdicciones y señoríos,debiendo ejercer los reyes de España una supremacía honorífica y pacífica,derivada de la misión evangelizadora confiada por los Papas.
1.- Planteen dos argumentos que demuestren que los indios fueron considerados seres racionales.
2.- Expliquen cuál fue el verdadero problema que se planteó respecto de los indios en América.
3.- Determine la postura de Ginés de Sepúlveda respecto de la naturaleza del indio americano.
4.- Determine la postura de Bartolomé de las Casas respecto de la naturaleza del indio americano.
En todas las cuestiones planteadas por teólogos y juristas sobre el tema americano durante el siglo XVI subyace el problema de la naturaleza del indio.Si los indios no son racionales, no es menester plantearse problemas morales sobre el derecho de España a imperar sobre ellos,o incluso legitimidad de hacerles la guerra.Se consideraron racionales,y ello dio lugar a los polémicas que ya conocemos sobre la legitimidad de la conquista española.
Verdad es sin embargo que conquistadores y colonos los explotaron laboralmente,considerándolos incluso viciosos,mientras los misioneros los defendieron como seres racionales,objeto de evangelización.
Nadie pensó pues en serio que los indios fuesen animales,brutos o irracionales,siendo frecuente el trato sexual de conquistadores y colonos con las indias,e incluso los misioneros no los habrían considerado dignos de convertirlos al cristianismo,si los hubiesen considerado animales.
La cuestión que se planteó fue pues el grado de libertad que había que concederles,escaso para los colonos que los trataron como esclavos,total para los misioneros.
La conducta pues de los españoles con los indios americanos fue contradictoria:la de los misioneros que los consideraron libres,o la de los colonos que los tuvieron por esclavos,pasando por grados intermedios,según la índole y conducta del indio.
Defensores como Juan Ginés de Sepúlveda y fray Bartolomé de las Casas,el primero aristotélico,por lo que aprecia jerarquía en la vida humana,debiendo ejercer los más favorecidos tutela y dominio sobre los menos aptos;Las Casas penetrado por la sensibilidad cristiana,defendiendo que todos los hombres son iguales y libres por naturaleza,con los mismos derechos y responsabilidades.
El ya muy citado fray Juan Ginés de Sepúlveda admite que lo imperfecto debe someterse a lo perfecto,los gobernantes son de naturaleza superior a los súbditos,y convierte la ley natural en patrimonio de una minoría,afirmando que los que exceden a los demás en prudencia e ingenio son señores,y los tardíos y perezosos siervos.Es lícito someter a los siervos por la fuerza,y como en América los españoles son superiores a los indios,deben tener soberanía sobre ellos;aunque no admite la esclavitud natural de los indios,y sí la tutela;excepto los que resistan a los españoles con violencia,que sí pueden esclavizarse.
Ya hemos hablado tantas veces de Las Casas,que sólo hay que recordar ahora que no admitió la esclavitad,pues los indios eran libres,y la guerra contra ellos era injusta.No se les debía pues privar de sus principados,reinos,estados,dignidades,jurisdicciones y señoríos,debiendo ejercer los reyes de España una supremacía honorífica y pacífica,derivada de la misión evangelizadora confiada por los Papas.
1.- Planteen dos argumentos que demuestren que los indios fueron considerados seres racionales.
2.- Expliquen cuál fue el verdadero problema que se planteó respecto de los indios en América.
3.- Determine la postura de Ginés de Sepúlveda respecto de la naturaleza del indio americano.
4.- Determine la postura de Bartolomé de las Casas respecto de la naturaleza del indio americano.
sábado, 6 de marzo de 2010
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